
En el caso de Diego, elegirlo como Padrino fue como se dice comúnmente “algo cantado”. Más allá de su carrera y triunfos como futbolista y como Entrenador de la Sub 20, él encarna una visión del deporte y de la vida, profundamente vinculada a los valores que el Mundialito Danone ha difundido desde su creación.
Como ejemplo, Diego ha sabido transmitirle a sus jugadores de la Sub 20, una filosofía de juego que prioriza la alegría, el disfrute, el compañerismo y la entrega bien entendida, como medio para alcanzar el triunfo. Así es que el equipo, logró clasificar al Mundial de la categoría que este año se jugará en Egipto, provocando además un entusiasmo y adhesión pocas veces vistos en la afición.
Respecto al Mundialito Danone, el propio Diego ha confesado sentirse muy honrado de ser Padrino de este gran evento infantil.
El trabajo con divisiones formativas le ha llenado de orgullo y lo ha disfrutado verdaderamente; algo que a él mismo le hubiera gustado vivir, para jugar, divertirse, hacer amigos, viajar y ¿por qué no?, representar a Uruguay en el Mundialito Danone 2009 en Brasil. Una gran oportunidad para que los niños crean en sus sueños.
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